lunes, 21 de noviembre de 2011

Verano inconsciente.





Hubo un intento de hacer arder las cortinas de su balcón,
de deshacer con insultos cuanto se construyó con besos, de dar muerte
al deseo y aprender a estar herido,  pero solo y sin recuerdos.

Le dejé un book de fotos  y un libreto con esbozos del futuro,
de un futuro con trazos de miedo, y trazos de complejos y de anhelos;
también hice una promesa pero ella finalmente no la oyó.

Y toqué la guitarra todas las noches, y la dibujé alguna que otra tarde,
y continué llorando pero ya no intentaba poner remedio, ni sal (a las heridas), ni tripas(ni
corazón). Tan solo puse tierra de por medio, tan solo huí como un vulgar cobarde.

Hice un curso de buzo, me matriculé en psicología, y me afilié al sindicato,
y bebí y titubeé amargamente, y los vecinos me miraban como si me odiasen,
también leía literatura en desuso, poemas nauseabundos y comic denostado.

Me animé a escribir una historia, en la que dos personas se amaban por encima
de la mentira, el miedo y la desesperación, les acabé matando, y murieron de frío
 pero abrazados, si eso es, murieron pero abrazados.



sábado, 19 de noviembre de 2011

Otra vez por si la cago, al decirte que te quiero.


Quiero romper tu recuerdo
como una nuez partida.
Herir el fruto de tus lejanos desvaríos
para encontrarme de nuevo a tu lado.
Muchas veces caducaron las ansias
de que me ofertases una nueva esperanza.
Me daba miedo verte entre bambalinas
sabiendo que saldrías nuevamente a escena,
y yo extrañaría recogerte en coche frente a tu casa
casi sin gasolina, pero con la sana intención,
de girarme hacia el copiloto
y solo escucharte, nuevamente por temor,
otra vez por si la cago, al decirte que te quiero.

Nadie puede hablar de lo que te hablo
siempre quedándome callado.
Y nadie despertará en ti, un sueño como
el tuyo, más que yo a ti abrazado.

Ya no me importa que lo entiendas,
o que tal vez te preocupe,
el momento ha de llegar…
Y cobarde de mi le arqueo las piernas
para no dejar que me agarre por donde
tantas veces me tuviste…
Hoy no sobran huevos,
porque aquí siempre sobró corazón que darte.

Tarde, ilumino el cuarto de baño,
pero sabes, me siento lindo,
y creo que tu cada vez me lo haces
sentir menos.

Déjame que me olvide de tu Calle
y las Sabinas crezcan como el Pino.
Permíteme que disimule ante las cruces
por olvidar tu nombre cuando duele.
Y si acude la oportunidad a verme,
y huele como tú hules, probaré.

Adiós, adiós mil veces
Mañana todo volverá a ser igual…