martes, 20 de diciembre de 2011

Nunca lo hace para siempre.


Cuando aparece la oscuridad
ya soy yo laberinto yerto
y fría cavidad marina;
cuando desaparece la oscuridad,
nunca lo hace para siempre,
siempre queda algo de ella.

Morir, y que el mar te mire por primera vez.




A donde van los pasos que no diste?
Cual será la desnudez de tus poemas junto al mar?
Dime si el álgebra y la mentira son un arte
Hoy no estoy por tu labor, prefiero enterrarme.

Determinadas y pautadas costumbres que se cuestionan
Derramadas y naufragas vidas, que no perdonan,
Cuchillos que son normas y vacías morales,
Clavos y claveles, lunas paquidermas y muerte.

Marejada e ilusión hacia cualquier confín,
Navega solitario cadáver hasta la costa
Y deja tu sabia gris en ese mar azul
Donde ya no hay distancia, ni tan solo sueños.

Alcanzaste la soleada playa y
Las estrellas cubrieron tu cuerpo, ya, vacío.

Cuando la muerte halle su sitio, no serás extranjero.

Azul cianuro...

Azul alveolado que se deshace
en el amargo costumbrista
de un miserable labio
y solo el despojo trasnochado
de mi corazón
es el rechazo absurdo
de la caricia mas amable
y mas envenenada
cuando no queda madrugada.
La única amnistía es el dolor,
y la pesadilla es mi esperanza
mas venerada,
no os llevéis la cruz
dejarme el último sorbo
de cianuro…