Azul alveolado que se deshace
en el amargo costumbrista
de un miserable labio
y solo el despojo trasnochado
de mi corazón
es el rechazo absurdo
de la caricia mas amable
y mas envenenada
cuando no queda madrugada.
La única amnistía es el dolor,
y la pesadilla es mi esperanza
mas venerada,
no os llevéis la cruz
dejarme el último sorbo
de cianuro…
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