jueves, 15 de agosto de 2013

El jardín traicionado



Sigo escondiendo tras los pétalos de las flores

las navajas de la tempestad diurna.


como un ladrido en la mirada

Aquel perro dejaba un dibujo
perfecto en el asfalto como el que
adorna su postre favorito con un
ramillete de hierbabuena...



                                           A Keru, nunca disimules un ladrido, perdona siempre una caricia.

La palabra es del dinero.

Dividimos las parcelas de tierra
en pequeñas rumbas y bachatas
en función de necesidades
y cada uno bailó su espacio,
-sin apoyo las cadenas hunden más
la piel al hueso-.
Buscándose la sangre regresaron
desangrados
y engañados,
el Sistema prohibe lo
verdaderamente humano
y propaga crímenes de estado que no
siempre
acaban en muerte
"propietariamente"
dicha.

Homenaje a nuestras olas.

Tus besos irrigados de mosto
ardiente,
son temblores en el alma.