Dividimos las parcelas de tierra
en pequeñas rumbas y bachatas
en función de necesidades
y cada uno bailó su espacio,
-sin apoyo las cadenas hunden más
la piel al hueso-.
Buscándose la sangre regresaron
desangrados
y engañados,
el Sistema prohibe lo
verdaderamente humano
y propaga crímenes de estado que no
siempre
acaban en muerte
"propietariamente"
dicha.
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