domingo, 8 de diciembre de 2013

Siento tu insensatez en el último sorbo que me queda,
¿cómo me dejaste escapar de tu vida?, porque me hablas recuperándome y
anclándote en un discurso construccionista, en un egoismo emocional
no se si fingido,
ocupaba demasiado tu tiempo, te mire demasiado a los ojos, cansados estos,
y decidiste que salir era tu destino, tu voz de otro nombre, tus relaciones más
simpáticas y delgadas, el alcohol más desestresante que mi abrazo,
la amistad más ensayada...la red más amplia, pero invisible.
Yo me alojaba demasiado en ti, te traía poco al pensamiento y mucho a la realidad si,
pero me esforzaba por ser, orgulloso de tu recuperación por la ilusión,
tu reenganche a la vida, tus salvedades paternas, tu fe en ti misma.
Hiciese lo que hiciese, intenté mantener...y nunca me perdonaré la vez que te hice llorar después,
y la vez que nos enfadamos...reprochándonos sin decirnos quizás

.

Ahora tengo recuerdos si, ahora me gustaría ser algo más que el pasajero al que vendiste un billete sin destino.

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